Descanso en esa penúltima forma abismal,
suchuña[1], me revuelco,
es mi preferida,
huelo pétalos negros,
nayras[2], mías, que se asombran.
Caminan erguidas, ellas,
Kusisas[3], discretas,
con ella, las praderas esbozan mi sonrisa.
Me embriago,
como cualquier caminante del Nilo,
amanecida, está,
debajo de ella,
willjta[4] me despierta, menguante,
mechas de fuegos.
Mis cascabeles moldean,
el pastizal mojado de verano,
atrapas,
ese suspiro en el aire.
Jalthapi[5], dichosa trasnochera,
guerrillera, alquimista,
sóplame con ese delirio.
Panqariri [6]te desplazas vida-bebida,
en un zarzal,
un acto creativo,
un exilio sureño,
me inscribe despierta,
un sueño vehemente.
De esas cenizas,
caen en mi frontera,
y se desprende esa gota,
ella,
con ese deseo que late,
dispersa.
Corazón de warmi[7]
que te revuelcas,
atrevida,
cuando te cantan coplas en los montes perdidos,
y una extraña gaviota libera ese grito,
un destierro,
una duda,
un espasmo,
una aventura,
un zorzal,
una frontera,
un bosque y calandria,
una llave,
me desviste,
esa,
revolución llameante,
me reviste,
ella,
irpíri[8].
[1] Resbaladero para jugar , tobogán que se deslizan niñxs
[2] Ojos
[3] Traviesitas,
[4] Alba, amanece
[5] Espasmo, te agarra como un calambre en el cuerpo
[6] Flor que florece
[7] mujer
[8] Ave que se ha convertido en guía.