Lengüetazo Marrón!
Pues, ia mojada estaba. Nos habíamos entrelazado en los bordes de esa frontera de la cama, tus dedos pomelos componían ese fragmento teñido de confianza que tanto me gustaba y a medida que silenciabas, te pedía más rasgueo y erupcionaba tu lengua. Si, muyuspa, muyuspa[2], boliviana-extranjera, me desataste las trenzas desde el conurbano al centro […]